Votar es un motivo de orgullo para muchos estadounidenses mayores, y las instalaciones para personas mayores en los últimos años han alentado el acto cívico al albergar distritos electorales, proporcionar transporte a las urnas y traer grupos para ayudar a explicar los problemas electorales. Pero los temores de la propagación del coronavirus entre esta población vulnerable dificultan la votación este año.